H e m e r o t e c a
  2003 - AGOSTO - HOLA
 



Rocío Jurado y Ortega Cano nos reciben en Yerbabuena


Están pasando el mes de agosto en la finca junto a su hija Gloria








Agosto 2003 - Revista Hola - Por: Tico Medina

Aunque tienen y mantienen, nueve casas abiertas entre España y América como corresponde al resplandor de dos leyendas en ejercicio, la verdad es que 'Yerbabuena' es su sitio ideal, sin género de dudas. Porque, además de ser el sur, a cuarenta kilómetros de Sevilla, más allá del hermoso pueblo blanco de Castilblanco, lo es por muchas razones. La primera, porque es una finca guapa, grande, abierta, hermosa, reconstruida por ellos con esfuerzo y amor, y poruqe, además, aquí pueden disfrutar de una privacidad y un espacio soñado y deseado durante todo el año.






     





Es por eso que Rocío Jurado, de blanco, espléndida con su abanico de mano, y José Ortega Cano, su esposo, por la gracia de Dios, auqnue el verno es tiempo de mucho movimiento - malo es que los que en esto estamos tengamos un agosto tranquilo -, están pasando unos largos días del corazón de agosto en el cortijo, en compañía de su hija Gloria, tan linda, tan lista, mezcla de angel y libélula, con siete años recién cumplidos, que me trae a la mesa del desayuno limones verdes y frescos, del árbol que un día - el día de la boda precisamente - les trajo en manoPaloma San Basilio y que hoy ya dan sombra y zumo.

- Aquí es que estamos muy bien, auuque desde aquí tengamos que salir para Dios sabe dónde, poruqe ya es que no hay distancias.











DOS VACAS DE SU COSECHA

El torero, por ejemplo, que no para de contestar al teléfono, acaba de cuajar un toro, estos días atrás, estunpendo, como en sus mejores tiempos, en Marbella, y por el momento, en Palma de Mallorca, en Herrera del Duque, en extremadura, y el sábado en Játiva. Eso en una semana, mientras tanto se entrena, de capote, al sol de los recientes jardines que dan sobre el paisaje, y de paso como esta misma noche. El solito, cuerpo a cuerpo, se va a torear dos vacas de su 'cosecha', de su hierro, que tiene la 'Y' de 'Yerbabuena'. Ahí mismo en la plaza con un albero de oro bajo el sol, de plata bajo la luna, que además es tiempo de lluvia de estrellas, los días de San Lorenzo, las Perseidas serán sus espectadoras en su barandal del cielo.









Y Rocío, pues, por ejemplo, recibe la visita de su modisto, Tony, tan brillante que viene cargado de trajes para su actuación de esta semana ni más ni menos que en teatro Pemán, de Cádiz, su tierra. Mientras tanto, le llegan acedías para la mesa de Chipiona, y ella le pone al gazpacho, plato nacional del verano en España, un chorreoncito de buen champán francés, como les cuento. Un secreto que recomiendo al respetable, para el verano si es que se puede, sin que se le vaya la mano.

- Aquí lo pasamos muy bien. Está mi madre pasando con nosotros unos días, que le gusta mucho el campo - cuenta el torero - , que ahora descansa y que le va muy bien de su salud, aunque le han dicho los médicos que tiene el corazón muy grande.

- Ya lo sabíamos, José y, sobre todo, tú, maestro.

- Hombre, claro, pero también han estado los nietos con su madre, Rocío, y el niño se ha quedado en la sierra de Madrid, preparando su curso del año que viene, y nosotros, pues, vamos y venimos, Rocío cantando yo toreando, y mientras podemos, pues aquí nos reencontramos, y tenemos tiempo de vernos, de contarnos nuestras cosas, de hacer proyectos.











SE PERMITE EL LUJO DE ELEGIR PLAZA

Que los hay y muchos. El torero, definitivamente, decididamente, se ve este otoño - aunque nunca se cotará la coleta - , como ha hecho público. "Uno debe decir adiós cuando se encuentra mejor. Ese es el se creto", y se permite el lujo de elegir plaza. Y de paso preparar su libro de memorias. Así que recuerda, pasa por la finca, monta a caballo y Rocío canta a pleno pulmón, que acuden zorzales y águilas a escucharla - está inmensa cantando - , y se baña en la piscina, y organiza la lista de invitados para la próxima fiesta de cumpleaños, en septiembre, que ya por lo pronto, tiene levantadas las cúpulas en seda de las terrazas, que le dan al cortijo cierto aire de mezquita oriental.

- Y recibimos algunos amigos, pocos, y paseamos y tomamos el sol que haya que tomar, y en un momento dad nos acercamos a Chipiona, que está ahí mismo, y yo voy preparando mi próximo disco, que quiero que sea de lo mejor...





   




DIECISEIS YEGUAS CASTAÑAS CON SUS POTROS

La niña es canela fina, preciosa y rápida. Baila de ballet, hace pase de modelos, canta un poquito y, si se tercia da un pase al toro del mediodía. Lo que ve en casa. Luego ponen la música alta y bailan juntos, como en los mejores tiempos, al pie de la Virgen del Rocío y la campana de la suerte, y se hechan una siestecita mirando el paisaje, sobre los olivos y las encinas, y a veces, como hoy, suben hasta la ermita, blanca como un barco en un mar e oro, y entre las dieciséis yeguas castañas - dieciséis y sus potros - y la mancha negra de los toros bracvos del hierro de la casa, José abre la puerta y se pone de rodillas y, mientras callan las chicharras, que este año llevan cantimplora, Rocío Jurado, la más grande, le canta al torero, a solas, cuerpo a cuerpo, la salve que ella sola sabe cantar, aunque la cante todo el mundo.

Luego se besan en la boca y vuelven a su verano de copla, memorias y toro, como si nada. Y entre los dos, Gloria - gloria bendita - que tiene que dar con sus padres la clase de aritmética.

Y es que no hay novela más grande, que la vida misma. No hay yerba mala en "yerbabuena". Ese es el secreto.








Luego, una vuelta por la casa; las caballerizas, que fueron de Espartaco - hoy convertidas en confortable casa de huéspedes - ; la sala grande, museo donde están, entre otras razones, para la leyenda, por ejemplo, el traje de luces hecho con la bata de cola de Rocío o la bata de cola trabajada, bordada con el traje de luces del torero. Aquella foto en la plaza mayor de la Maestranza, con la duquesa de Alba, innolvidable para ¡HOLA! Historia de la copla y el toreo. La Rocío canta el huapango torero que eleva la hierbabuena a la categoría del nopal. La tarde hierve, los perros buscan la sombra, los caballos relinchan, la siesta es una fiesta.

Agosto, mitad de agosto, en el Sur del Sur. Luego llega "madrecita del alma querida, en tu pecho yo tengo una flor", de machín, que crea de nuevo, recrea, Rocío Jurado.











LES CUIDA UN MATRIMONIO BRASILEÑO


La niña tiene el alma morena: me dicen que a veces se le caen dos lágrimas cuando la pequeña escucha. El matrimonio brasileño que cuida de José-Rocío, tanto monta, monta tanto, va y viene por la casa. Hay adpilistras. Le tengo que pedir una maceta de éstas a Rocío, que mi madre las tenía en el patio de mi casa, su casa, del barrio de la Magdalena, de Granada. Llaman a Rocío para que cante en la 'tele' de Galicia. Para que acuda a ver la vendimia, que este año se adelanta por el calor, en sus tierras de vida y parra de Chipiona. Igual se acercan también a Costa ballena, donde han abierto un ático, en las playas grandes donde aterrizan los ovnis. La abuela, que viene del mediterráneo de Cartagena, me asegura: " La verdad es que uno ha sufrido más que ha gozado en la vida". Pero ahora - nunca es tarde si la dicha es buena - puede hacerlo. Por eso, a veces se sienta con su bolsito de medicinas en la mano - para los huesios para la depresión - y mira como cae la tarde, como una bandeja de cobre, sobre el suelo de los toros y los cabllos, que ganó su hijo con el pan de u sangre.




-Reportaje incorporado en la web, gracias a Alex, admirador de Rocío desde Alicante.







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